domingo, 21 de junio de 2009

Crazy Little Thing Called Love....

A mitad de semana recibí una llamada de mi prima para invitarme a su segunda despedida de soltera. Me acorde de que ésta, se convertiría en la segunda despedida a la que asistía, la primera fue la de mi mejor amigo (Eduardo) quien ya va para los tres años de casado.
Confirmé mi asistencia y esperé pacientemente a que llegara el fin de semana. Por fin sábado, no tuve clases y pude disfrutar de una mañana tranquila. Por la tarde salí rumbo a la reunión, al llegar salude a todos los presentes y amablemente me ofrecieron una copa de vino, la cual obviamente no desprecie, tome la copa con mi mano derecha y me fui a sentar esperando que me dijeran cual sería la dinámica de la despedida. Vi que habían contratado a un músico para ambientar la reunión, y la verdad lo hizo bastante bien. Después de unos minutos me di cuenta que la dinámica no estaría acompañada de esos juegos que amenizan las despedidas, la dinámica era simple: Pasarla bien. La música se dejo sentir, y llego a mi cuerpo a través de las notas de esas canciones, que seguramente volveré a escuchar el día de la boda y que invitan a sacarle brillo a la pista.
Ahora bien, la reunión estuvo muy divertida, baile, cante, reí y bebí, pero al final de la noche no pude evitar pensar en el brillo que mostraban los ojos de los futuros esposos, y es que en verdad era algo que saltaba a la vista. Eso provoco que me vinieran muchos pensamientos, primero reafirme que aunque a veces lo niegue soy un cursi, después, pensé en la historia de ellos. Como muchas otras tuvo altas y bajas e incluso estuvo muy cerca de que tomara otro rumbo y eso precisamente me llevo al otro pensamiento.
Muchas veces no respetamos el tiempo de las cosas, no dejamos que estas crezcan, maduren y finalmente rindan un fruto, independientemente de que sea o no lo que esperamos. Y es que se dice fácil, pero ¿como respetar el tiempo de las cosas? En ocasiones me ha pasado que el mas mínimo cambio en mis planes hace que pierda el rumbo e inmediatamente siento frustración porque las cosas no serán como las había pensado, sin embargo, hay una palabra que tenia olvidada y precisamente fue la clave para esa noche. De pronto esas cosas que suceden de forma inesperada cambian los planes, pero no por ello hay que dejar de disfrutar cada momento al máximo, independientemente del resultado. En su historia, inesperadamente llego, ese embriagador e insuperable deseo de compartir su vida, y estoy seguro que a cada quien, así como a ellos le llega el suyo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bastante inspirador tu post. Además de mencionar temas verdaderos y sin afán de exageración, si me gusto. Tu concepto de lo que es la vida, y como las situaciones inesperadas pueden darle a tu vida un giro de 360 grados. Pronto llegara el momento, de comenzar tu historia, .
tdo lo mejor George.Bsos

Wally dijo...

El tiempo de las cosas... esa frase me recordó un libro que leí hace algunos ayeres en una playa mexicana. Recuerdo que estaba en Puerto Escondido, Oaxaca con mi mejor amigo (Jorge) y al sentirme profundamente relajado con la hospitalidad y encanto de esa playa decidí comprar acudir a un pequeño comercio de libros usados... entonces hubo un título que me llamo la atención "El Tiempo de Dios". Adquirí el libro y lo devoré en cuestión de dos días en compañia de la arena, las olas, bastante cantidad de alcohol y excelente compañia. El libro trata precisamente de lo que nos comparte Gorka... No vivimos NUESTRO tiempo... vivimos un tiempo universal que rara vez es manipulable por el ser humano. A las cosas hay que dejarlas madurar, cocinar... Es impresionante que DEJAMOS de vivir, dejamos de disfrutar porque simpre queremos manipular el tiempo... no es nuestro tiempo, es de Dios. Recuerdo un anuncio de televisión de Coca Cola en donde un adulto en plenitud nos aconseja que no nos "entretengamos en tonterías" dado que la vida pasa "demasiado rápido"... Que cierto es.
Felicidades Gorka, excelente blog, en mi tienes un lector seguro.