lunes, 15 de junio de 2009

Every man is an island

Hoy nuevamente al leer el periódico, encontré una noticia que me hizo reflexionar algunas cosas sobre mi vida. La noticia tenia el siguiente titulo: "Se queda isla sin ratas... y sin nombre", y básicamente se refería a que en una Isla (de las ratas) cerca de Alaska, al fin habían podido contener una peste de ratas después de casi 200 años. Esa plaga estaba causando estragos en la fauna endémica de la isla, por lo cual decidieron combatirlas arrojando carnadas con veneno desde helicópteros para eliminar a los molestos roedores.


Una vez que terminé de leer, me quede pensando en que bien yo podría ser esa Isla, y los roedores algunos fantasmas que de vez en cuando rondan mi mente, y aunque no causan estragos devastadores, sí tienen impacto en algunos aspectos de mi vida personal. Al igual que las autoridades habían decidido enfrentar ese problema, yo hice lo propio al tomar la decisión de eliminarlos, obviamente no use carnadas con veneno, en estos casos no funcionan. Tampoco use vitaminas (que por cierto por ahí me dijeron que son un placebo, pero igual las seguiré tomando), simple y llanamente, lo resolví haciendo algo que en ocasiones olvidamos hacer: abrir los ojos y escuchar mi interior.

Gratamente, puedo asegurar que ya no hay rastros de los roedores en mi isla, incluso ya varias aves aprovecharon la época de apareamiento y ahora sí, tienen la completa seguridad de que ningún fantasma llegará a robarles sus nidos.



2 comentarios:

Barbie dijo...

Fumemos otra vez. Me gusto tu post.

Daniela dijo...

casualmente yo he comenzado a sentir que por fin ya no tengo ratas en mi isla... bueno algunas, poquitas, pero no de las dañinas... bien por ti!! bien por mi...