jueves, 28 de mayo de 2009

La Noria

Hace unos días estaba arreglando mi cuarto y me encontré con algunas fotografías de la secundaria y de la preparatoria, vaya de esa época en donde aún no existía asepxia y los barros y espinillas eran cosa de todos los días. Recordé a varios de mis excompañeros: Shagui, la Rorra, Gasparin, Lázaro (era igualito al que salia en el calabozo), Farfan, Flanders, Tongo, El Mono, El Mudo, Chocha, El Caballo etc... pero específicamente me acorde de un compañero que tuve en mi ultimo año de prepa. Realmente no eramos grandes amigos, de hecho nuestra amistad se centraba mas en chingarse el uno al otro y gorrear cigarros mutuamente. No se si es una de esas reglas no escritas de la vida, pero justo cuando llegaba el final del año escolar, comenzamos a llevarnos mejor. Terminamos la prepa, cada quien eligió un camino diferente y creo que si lo vi dos veces después, habrá sido mucho. Pasaron algunos años, me fui, regrese, me volví a ir y volví a regresar.

Después de algun tiempo fuera del país, tenia claro que la mayoría de mis vínculos sociales se habrían perdido y otros tantos seguían ahí, así fue como un día decidí buscar a los compañeros con los que había compartido ese ultimo año de prepa. En algunos casos fue en vano, se mudaron, otros se casaron, algunos se convirtieron en semidioses y si en algún momento había sido merecedor de su amistad, justo ahora se invertían los papeles y no era más alguien digno de ella; no así con Fernando un tipo bastante auténtico, quien actualmente paso a ser una de esas personas a las que les asignas un dedo de tu mano cuando estas contando a tus amigos.


Como dice Johnny Laboriel, "La vida es una tómbola" y de esa tómbola gane un amigo.


No hay comentarios: