sábado, 26 de junio de 2010

Más alla de las paredes....

¿Cuándo fue la última vez que te escribí? Siento que ha pasado tanto tiempo, y no recuerdo bien si fue en marzo o abril, tal vez febrero. La cuestión es que hoy me entraron unas ganas locas por escribirte sin alguna razón aparente, simplemente escribirte mis locuras en una especie de estallido egoísta. Recientemente he sentido nostalgia y algo ha crecido desde la última vez que platicamos; ya me cercioré que aquello que crece no es hambre, sed o algo que pueda quedar satisfecho con tanta simplicidad.
Ultimamente la lluvia no ha dado tregua. Llueve todos los días, las calles se inundan y mis pies se empapan cada vez que salgo.... esa enfermedad por salir, cierto? El frío aparece y para sortear la falta de tus abrazos, uso esa playera azul, recuerdas? Un día me vas a ver usándola y te vas a reír mucho, sí, porque dentro de ella cabemos tu y yo juntos de tan grande que esta. Cuando la uso me acuerdo de ti, de mi mano en tu rostro, de esa misma imagen que amo....
He estado escuchando música, siempre con mil pensamientos en la mente, y la culpa es tuya, aunque también es mía, lo reconozco. De pronto se da ese clic y me dí cuenta que lo que siento es más grande que mi corazón, de ahí esa intención mía de querer ajustarlo todo para que no se desborde y provoque derrames. Bueno, finalmente se ha desbordado ¿sabes?
Fue como que de repente después de un trago de agua y un cigarro en la playa, me di cuenta como ya todo se había desbordado. Te veo en todas las cosas y escucho tu voz en el teléfono. Me veo y te veo en todo, en las expresiones de mi día, en mis risas cuando estoy solo. Te mando estas palabras y te toco a través de ellas, como si fuese posible que aparecieras delante de mi.
Espero que aparezcas pronto.

2 comentarios:

dra_dientes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
jess dijo...

---- Sí, definitivamente, tendré que ir al lugar donde comenzó todo, pararme en el primer modelorama que encuentre, comprar mi six, estacionarme en alguna calle de cuyo nombre no quiero acordarme, ver de frente el horizonte, escuchar el exquisito sonido de la lata al destaparse y su consecuente derramamiento de espuma deliciosa, recordar aquella frase inmortal de aquella inmortal película mexicana: "La vida es como el mar, por eso hay que darse como la espuma", levantar mi cheve y decir: "Sí, Salud por esa bendita maldición que me ha hecho conocer a hombres maravillosos. Salud por todos los lugares que he conocido a su lado. Salud por cada una de las noches que compartimos juntos. Y salud por las mujeres que saben que al final, todos tenemos lo que merecemos"... aunque a veces esto último aterrice en una cheve, un hermoso atardecer, un viaje de relax, gratos recuerdos y tu alter ego como única compañía. -----