El día en que nos encontramos, el reclamo vino
de ambos lados, extrañábamos nuestras pláticas que siempre nos acompañaban.
Hubo un reclamo fuerte de tu parte. Yo había
quebrado una promesa, de aquellas que se hacen en medio de una locura
transitoria. Pero, como no suelo romper mis promesas, -honro mucho mi palabra- aquí estoy escribiéndote. Principalmente
para romper el silencio que se había asentado en mí.
Que esos nuevos aires llenen tus pulmones de vida. Que tus labios
experimenten nuevos sabores y que tus ojos puedan ver nuevos colores.
2 comentarios:
Y entonces yo daré la media vueltaaaa y me iré con el sol, cuando caiga la tarde....
Lo malo pues, es que después de conocer el azuL, ningún color, por intenso que sea, vuelve a sorprendernos.
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